Disfrutar el sonido puro enriquece la experiencia auditiva

Debido a milllones de procesos lógicos que enfrentamos cuando entablamos una comunión con la música, nos encontramos con barreras intelectuales y emocionales que impiden apreciar el evento sonoro en sí mismo, prejuicios de toda clase afloran en nuestro plano consciente dictandonos que tipo de música debemos escuchar o dandonos una razón para no escuchar otro tipo.

Parte de una escucha inteligente nace del deseo de algunos de tratar de entender eventos sonoros o sociales ajenos al nicho mental, algo así como un deseo incomprensible por saciar un aspecto relegado de nuestra compleja personalidad. En ese momento advertimos que hay muchos "espacios sonoros" que no abarcamos y que en cierto modo son importantes para nosotros como individuos.

Sin embargo, tal vez por ignorancia, tratamos de evaluar esa nueva experiencia socio-auditiva con la misma escala de valores que usamos para justificar ese ambiente al cual estamos adecuados, y terminamos descartando elementos de gran importancia para comprender esa nueva experiencia sonora.

Con el fin de evitar este conflicto socio-afectivo propongo reivindicar al sonido puro como base sistemática estándar para enfrentarnos a nuevos retos musicales, reencontrémonos con la escencia del evento musical para poder formarnos diversas escalas de valores con que apreciar el exquisito universo sonoro que nos acompaña.